miércoles, 28 de octubre de 2015

Una nueva forma de vida

Esta tarde al salir del trabajo he decidido volver andando, hacía una buena tarde y me apetecía pasear por el paseo marítimo. Al pasar por la Barceloneta he visto un grupo de surferos en el mar y eso me ha hecho recordar una época de mi vida en la que quería conocerme a mi misma.
Tendría unos 20 años y estaba pasando por un momento difícil en mi vida. Esa época en la que no sabes que hacer con tu vida. Tenía ganas de conocerme más, conocer más cosas de mi.
Pensé en darle más sentido a mi vida, buscar otras cosas que nunca hubiera hecho, para ello me puse a ver el postureo de la gente en Facebook: gimnasio, parecía entretenido pero era demasiado sacrificado y aburrido. No se si os a pasado pero a mi por más que me dicen: "tu ves al gimnasio al final te enganchas" . No,  a mi no me pasa! No me engancho ni a las clases de zumba, ni al profesor más guapetón que pudiera a ver y por no hablar de las típicas chicas que no van a hacer ejercicio, van a lucir su ropa sport dos tallas menos de las que utilizan.
Después vi que estaba muy de moda hacer Padel, lo intenté, vamos que fui un día y al darme cuenta de que me tenía que agachar dos veces seguidas pensé que era algo demasiado forzoso. Así que después de mirar mucho encontré lo que me gustaba,  se rodeaba de gente estilosa con aires nuevos, looks diferentes a los que yo llevaba habitualmente, fuera de los vestidos de bodas bautizos y comuniones que yo utilizaba para el día a día. Sí, iba a ser surfera!

Y claro no iba a aprender a hacer surf en Barcelona, no era tan cool, así que mire destinos y me fui a la ciudad por excelencia de los surferos, Zarautz.
Después de estar unos días familiares en Madrid, cogí el autobús. Si he dicho autobús, era mucho más hippie( para mi el surf era hippie ),
 Para el día decidí ponerme un total look, este constaba de borsalino ( sombrero de paja) , unos shorts tejanos, los más pequeños y ajustados que tenía en el armario, unas sandalias de color camel estilo romanas  y un capazo. Cogí mi maleta y rumbo a Zarautz.
Los kilómetros iban pasando y el tiempo iba empeorando del sol de Madrid pase a la intensa lluvia y al frío del norte.

Al llegar a Zarautz me baje del autobús y estaba más perdida que Wally! Dios dónde me había metido!  Vi a un chico muy como los que había visto en las fotos: era alto, rubio, ojos azules y llevaba una tabla de surf ¡Blanco y en botella ! él me llevaría a mi destino! Le pregunte si conocía el camping al que iba, si he dicho camping! Porque si quería ser hippie y encontrarme conmigo misma tenía que hacer cosas que normalmente no hacía así que allí estaba en el campo, con una tienda de campaña y un saco de dormir.
El chico casualmente se alojaba al lado de donde yo iba así que me acompaño. Cuando este se fue y yo vi dónde me había metido, mejor dicho dónde había metido mis sandalias. Dios! tenía todas las sandalias llenas de barro, mi sombrero estaba lleno de agua a causa de la lluvia y yo estaba apunto de coger un resfriado.

Me dieron mi tienda de campaña y gracias a dios que estaba montada. Entre y puse mi saco, mi maleta y mis cosas en el suelo. Al rato, me reuní con otros chicos que también eran nuevos y nos explicaron todas las partes de una tabla de surf y como surfear. Todo aquello estaba súper bien si no fuera porque la clase era en inglés. ¡ Tierra trágame! no me estaba enterando de nada pero aún así asentía porque no me quería ver fuera de lugar, aunque ya lo estaba! En ese momento sólo pensaba en que hacia ahí, me arrepentía mucho y me quería ir. Llame a mi hermana y le conté la situación, ella quiso tranquilizarme pero de nada valía, yo estaba metida en mis pensamientos negativos y estaba decidida a marcharme. Estaba claro que me había equivocado de lugar y que nada podría ir bien ahí.

Al acabar la explicación todos fueron a coger sus trajes y yo por inercia seguí lo que la gente hacia. El profesor se me acerco para preguntarme si lo había entendido todo y fui clara, no. Él  me tranquilizo y me dijo que no me preocupara que sería sencillo. Si, sencillo para él que sabia pero para mi torpe de mi no, no lo iba a ser. Cogí mi traje y de camino a mi tienda de campaña nada podía ir peor, me tropecé y me caí al suelo. Quise levantarme rápido para que nadie me viera, pero obviamente alguien me vio. Era una chica se llamaba Lua, recuerdo perfectamente su nombre porque en ese momento era como mi mejor amiga. Por fin conocía a alguien y hablaba español. Ella fue quien me enseño las posturas correctas en la tabla y todo lo que debía saber. Pasamos más de cuatro horas dentro del agua, más en el agua que encima de la tabla, pero era divertido!

Esa noche, Lua me presento a más chicos y chicas, salimos de fiesta por el pueblo y si todo era tan guay como me lo imaginaba, todos mis pensamientos negativos volaron y allí estaba como una adolescente en las fiestas de su pueblo, dándolo todo!

A decir verdad, la primera noche fue un poco triste, nunca había dormido en una tienda de campaña y sola. Esa noche llovía, llovía mucho y en el suelo como toda hierba en medio del campo había animalitos: gusanos, caracoles,mosquitos... Hacía tanto frío que no me quite lo que llevaba y a eso le añadí toda mi maleta, la mini ropa que llevaba me la puse y me metí en el saco.
En ese momento intente no hacer lo que hago normalmente que es pensar en negativo, disfrute del olor a hierba mojada, al ruido de la lluvia y a la brisa de viento. Os lo recomiendo!
Aún no había amanecido que escuche una voz dentro de mi tienda, abrí los ojos como pude y una chica me animaba a hacer surf, no me lo pensé. Eran las seis de la mañana, aún no había amanecido pero mis nuevos mejores amigos me decían de hacer algo y no podía decir que no.

Los días pasaban y la verdad es que cada vez me sentía mas agusto, surfear no aprendí mucho, la teoría me la sabía pero el culo me pesaba y los brazos poco trabajados no aguantaban el peso de este. A pesar de esto si algo aprendí fue a encerar tablas, se me daba de maravilla!
Todo ese viaje si me había servido realmente para conocer hasta dónde podía llegar, saber cuales eran mis miedos al sentirme fuera de mi entorno y con gente que no conocía.
A veces sentir soledad no es malo, a decir verdad nunca es malo. Todos deberíamos conocernos a nosotros mismos para poder afrontar cosas en nuestra vida.


Al volver a Barcelona yo ya me sentía en paz conmigo misma, ya no era la chica de sombrero y shorts. Ahora era la chica de sudadera de tío talla XL, gorra de un nuevo mejor amigo Australiano y bambas estilo Vans. A partir de ese momento solo escuchaba mi lista de spotify a la que había llamado "Sumer Surf", en esa lista había artistas y grupos como: King of leon, Radiohead, the killers, Nirvana...
 Ya no quería saber nada de incómodos tacones, de prendas ajustadas. Ahora lo que me gustaba era la mecha californiana, pasearme con un skate y ser una pro de surf.



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